Cinco consideraciones importantes en la integración de este modelo son:
1) Recuperación de la memoria histórica contenida en múltiples documentos de la Arquidiócesis Primada de México (APM), de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y del Magisterio universal de la Iglesia.
2) Identificación y estudio de los momentos clave en el proceso de conversión para llegar a ser un discípulo misionero, impulsando el encuentro con Cristo vivo, a partir de los retos y aspiraciones de los jóvenes.
3) En un espíritu de comunión y sinodalidad, es necesario el fortalecimiento de redes de colaboración y apoyo con grupos internos y externos, de laicos y vida consagrada, de sociedad civil y universidades; esto bajo el entendido de que el desarrollo integral del joven requiere del trabajo en equipo y en sinergia con diversos agentes.
4) Las nuevas generaciones requieren itinerarios flexibles y cíclicos, creativos y diversos; no caminos únicos ni cerrados, sino opciones que abran muchas posibilidades; tanto para poder responder a la realidad del joven de hoy en sus diferentes etapas de desarrollo y que cada uno encuentre claves de vida para su vocación específica, como también para que cada parroquia y comunidad juvenil se vean fortalecidas.
5) Se requiere una Pastoral Juvenil revitalizadora y en fortalecimiento continuo, por lo que este modelo, y la plataforma tecnológica que lo soporta, requieren ser un esfuerzo vivo y en permanente mejora, nutridos por los aprendizajes y contribuciones de todos los involucrados. Es así como se pretende un círculo virtuoso, de pertenencia y de corresponsabilidad al servicio de los jóvenes, en especial de los mas alejados y necesitados de Dios.