Después del reencuentro con Cristo, es necesaria una maduración espiritual. Hablar de la espiritualidad juvenil es hablar de la búsqueda de Jesús, rostro visible de Dios Padre, de la presencia del Espíritu Santo en el joven, de la juventud como etapa de encuentro con Dios (CA-PM 786).

“Los jóvenes no tienen miedo del sacrificio, sino de una vida sin sentido. Son sensibles a la llamada de Cristo que les invita a seguirlo” (DA 443).

En esta etapa se buscan varios objetivos como los siguientes (Cf. DSD 115 a 120):
• Dinamizar una espiritualidad del seguimiento de Jesús, propiciando un encuentro entre fe y vida
• La promoción de la justicia y la generación de una nueva cultura de vida
• Asumir las nuevas formas celebrativas de la fe, propias de la cultura de los jóvenes
• Anunciar que el Dios de la vida ama a los jóvenes

Pilares estratégicos:

1. Una Espiritualidad desde el Espíritu de Aparecida
• El encuentro personal con Jesús generador de Conversión
• La conversión generadora de Discipulado
• Discipulado en Comunión
• La acción del espíritu Santo, Anuncio Misionero

2. Modos de cultivar la Espiritualidad Juvenil
• Liturgia y vivencia sacramental
• Amor y devoción a María
• Oración personal / comunitaria
• Romerías y peregrinaciones
• Celebración dominical
• Retiros
• Vigilias
• Opción por los pobres

Ejemplos de Proyectos / Actividades:
• Celebración Eucarística con participación juvenil
• Horas Santas con enfoque juvenil
• Consagración al Inmaculado Corazón de María
• Peregrinaciones (Cerro del Cubilete y Basílica de Guadalupe)
• Vigilias de adoración / Night Fever
• Retiros de mayor profundidad / Renovación en el Espíritu Santo
• Impulso y fortalecimiento de las Pascuas Juveniles